(...) I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
And instead of using force
I guess I should’ve let you in
I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
I guess I should’ve let you in
Don’t you ever say I just walked away (...)
Fácil es jugar a la maldad. Fácil es huir de lo que se "debe" hacer. Fácil es distraer a tus demonios con algún placer momentáneo. Fácil es opinar, criticar, juzgar. Fácil es actuar sin pensar. Fácil es olvidarte del resto del mundo y concentrarte sólo en ti. Fácil es decir "no creo en el amor", cuando es lo único que rodea la mente. Fácil es fingir un tono de voz, una caricia, un gesto. Fácil es abstraerte de la realidad en lugares con altos decibeles que callan los pensamientos. Fácil es desquitar sentimientos con quién no entiende de lo que se habla. Fácil es secarse las lágrimas con toallas de soberbia. Fácil es ignorar la mirada lastimera de alguien que percibe tu dolor. Fácil es aguantar el nudo en la garganta con cada abrazo apretado. Fácil es cantar a todo pulmón imaginando que alguien más comparte y entiende tu sentir para perder la sensación de abandono. Fácil es culpar a quién compartió... todo. Fácil es tapar la piel con pijama de franela y calcetines de lana cubriéndose con cobijas llenas de historia para tratar de calmar el frío.
Difícil es no poder decir en voz alta todo lo que aprieta el pecho. Difícil no pronunciar "quédate" sólo por no estar sola. Difícil es no confundir la comodidad del corazón al reconocer una voz familiar con las verdaderas ganas de querer escucharla. Difícil es sacar tanto enojo y frustración, querer sólo llorar y tener que sonreír porque no hay más opciones. Difícil no quejarse del cansancio y buscar energía por debajo de las uñas para no quedarse dormida al caminar. Difícil es no decir "te necesito" cuando tratas de encontrar tu camino de independencia. Difícil es tratar de correr más lejos, rápido, y reconocer que tus piernas no dan para más. Difícil encontrarse aislada en un cuarto lleno de gente y ver el tiempo en cámara lenta. Difícil es pedir ayuda cuándo no se sabe pronunciarlo. Difícil es levantarse todos los días al sonido de una alarma de manera mecánica queriendo no despertar. Difícil es pronunciar frases en las que no terminas de creer, por más que las repitas a diario. Difícil es exponer mi vida y mi sentir cuando no termino de entenderla ni yo misma; tratando de manifestar sentimientos que sólo sabes reprimir. Difícil es no saber a dónde girar, no saber reaccionar, apartar mi dolor porque hay alguien más que necesita de mi al cien por ciento aunque no tenga fuerza para hacerlo. Pero definitivamente nada más difícil que ver a mi bebé luchar por aprender a manejar emociones tan fuertes como el enojo y la frustración, cuando la única que debería dominar es la de la felicidad. Escucharla llorar sin que entienda el motivo de su sentir, verla golpear con su manita y toda la fuerza de su ser contra un asiento sin saber cómo contenerla. Sentirse inútil por no saber ser los brazos capaces de protegerla de cualquier monstruo, no ser capaz de ser su lugar seguro.
Que difícil es pretender que todo es fácil.
Buenas noches.
Nuria
jueves, 24 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
"... Pero querías novia bonita ¿no?"
"Eres como un vato más" palabras inmortales de Enrique. Palabras que no salen de mi cabeza desde hace un par de días. En su defensa quiso alegar que se refería a que se siente en la confianza para decirme cosas que no a cualquier mujer le diría. Dudo tuviera mala intención. Pero me pregunto si esa es la impresión que doy porque desde hace un par de semanas, he escuchado en varias ocasiones que tengo más testículos de lo que me gustaría admitir.
"Machorra" es otra de las palabras que últimamente figuran mucho en mi vocabulario. Tampoco estoy segura de ser feliz escuchando que soy machorra, sólo por el hecho de no ser precisamente delicada. Aunque delicada para quién, si me preguntan no soy precisamente una mujer de rosas, pero claro que me gustan los detalles, las atenciones, mujer que diga que no le gusta que le pongan atención... miente. Si bien es cierto que no soy de peluches y chocolates, y acepte que no me molestaría nada que un día el detalle consistiera en tacos de tripa súper dorada y picada con dos salsas mucho limón y una bohemia oscura... no me hace machorra o ¿si?. Soy perfectamente capaz de andar un día completo en tacones y falda incluida la natación de Emilia con todo y sus negativas a salir de la alberca, a meterse a bañar, a cenar... quizá no lo haría perfectamente maquillada y peinada, pero mi papá dice que las niñas bonitas sólo se necesitan bañar y no sólo le creo... dudo que cualquier persona lograra hacerlo.
Pareciera que estoy justificando mi forma de ser, pero no... soy muy partidaria de la idea de que si algo no te gusta no lo hagas, si te molesta mi forma de ser, no convivas; si no te gusta como me visto, no me veas... es fácil, a veces creo nos esforzamos más por complicarnos la vida que en realidad por disfrutar. Y más que justificación, sólo comparto mi preocupación por esto de no ser tan princesa y más preocupación por no estar segura que me perturbe del todo no serlo. Me gusta ser yo al final del día y seguro que hay gente que le gusta como soy.
Sería una larga entrada si hablara de cada una de las personas que han marcado mi forma de ser amorosamente hablando (quizá algún día les dedique una entrada a cada uno, aunque no sé si les daría gusto leer lo que tengo que decir). Sólo diré que no puedo quejarme, la verdad es que a su manera todos me quisieron por lo menos en algún momento mucho y lo que sí es que cada uno me fue dando más fuerza y más autoestima para saber marcar límites en cuánto qué puedo tolerar y qué definitivamente no, qué es lo que quiero cerca de mi y qué quiero yo como persona. Sería excesivamente fácil culparlos y decir que cada uno me fue rompiendo el corazón poco a poco y me hice "ruda". Se tira al suelo con música de violines de fondo. Pero la verdad es que no lo soy, nada si me apuran, de hecho no fui la única que salió perdiendo, sólo soy muy calzonuda y orgullosa y quizá eso provoque dar una apariencia no tan frágil por decirlo de alguna manera... pero insisto que aunque no me vista de rosa todos los días no quiere decir que no me sepa los diálogos de la Bella Durmiente.
Es como acordarse de la primera vez que me besaron, hace 14 años (ouch) situación más bizarra cuando no tienes la más mínima experiencia al respecto, como toda primera vez es un cúmulo de emociones y sensaciones que jamás esperas. Eso unido al hecho de que fue una experiencia extrema porque mi compañero de fechoría decidió prudente llamar mi atención acostándose a mitad de unas vías de tren, con el tren acercándose a nosotros generándome más angustia que admiración... hicieron que la situación se tornara más interesante. Evidentemente lo mejor de todo no fue el beso en sí, porque como muchas veces en mi vida yo no tenía idea de lo que hacía, me angustiaba más el hecho de tener brackets y tratar de no lacerarle la boca, como sucedía con mis cachetes, que si quiera considerar hacerlo bien. Lo mejor de la situación fue que después de besarme me agarraron de la mano para caminar hacia mi casa y esa sensación de bienestar y de amor por alguien que no era parte de mi familia, me acompañaron por el resto de mi vida y ese fue mi parte aguas hasta hoy. No recuerdo exactamente el beso, pero si el calor de su mano y que ahí entendí que ya nunca iba a volver a ser igual.
No sé, menuda complicación escribir de uno mismo sin que suene ni a presunción ni a menosprecio. Con el tiempo irá saliendo mi verdadero yo y se darán cuenta que he cambiado mucho desde ese primer beso hasta mi "machorrez" actual... aunque en esencia siempre voy a ser la niña tierna gordita que le gusta sonreír, cantar, mojarse en la lluvia, los abrazos y decir te quiero.
Buenos días.
Nuria
"Machorra" es otra de las palabras que últimamente figuran mucho en mi vocabulario. Tampoco estoy segura de ser feliz escuchando que soy machorra, sólo por el hecho de no ser precisamente delicada. Aunque delicada para quién, si me preguntan no soy precisamente una mujer de rosas, pero claro que me gustan los detalles, las atenciones, mujer que diga que no le gusta que le pongan atención... miente. Si bien es cierto que no soy de peluches y chocolates, y acepte que no me molestaría nada que un día el detalle consistiera en tacos de tripa súper dorada y picada con dos salsas mucho limón y una bohemia oscura... no me hace machorra o ¿si?. Soy perfectamente capaz de andar un día completo en tacones y falda incluida la natación de Emilia con todo y sus negativas a salir de la alberca, a meterse a bañar, a cenar... quizá no lo haría perfectamente maquillada y peinada, pero mi papá dice que las niñas bonitas sólo se necesitan bañar y no sólo le creo... dudo que cualquier persona lograra hacerlo.
Pareciera que estoy justificando mi forma de ser, pero no... soy muy partidaria de la idea de que si algo no te gusta no lo hagas, si te molesta mi forma de ser, no convivas; si no te gusta como me visto, no me veas... es fácil, a veces creo nos esforzamos más por complicarnos la vida que en realidad por disfrutar. Y más que justificación, sólo comparto mi preocupación por esto de no ser tan princesa y más preocupación por no estar segura que me perturbe del todo no serlo. Me gusta ser yo al final del día y seguro que hay gente que le gusta como soy.
Sería una larga entrada si hablara de cada una de las personas que han marcado mi forma de ser amorosamente hablando (quizá algún día les dedique una entrada a cada uno, aunque no sé si les daría gusto leer lo que tengo que decir). Sólo diré que no puedo quejarme, la verdad es que a su manera todos me quisieron por lo menos en algún momento mucho y lo que sí es que cada uno me fue dando más fuerza y más autoestima para saber marcar límites en cuánto qué puedo tolerar y qué definitivamente no, qué es lo que quiero cerca de mi y qué quiero yo como persona. Sería excesivamente fácil culparlos y decir que cada uno me fue rompiendo el corazón poco a poco y me hice "ruda". Se tira al suelo con música de violines de fondo. Pero la verdad es que no lo soy, nada si me apuran, de hecho no fui la única que salió perdiendo, sólo soy muy calzonuda y orgullosa y quizá eso provoque dar una apariencia no tan frágil por decirlo de alguna manera... pero insisto que aunque no me vista de rosa todos los días no quiere decir que no me sepa los diálogos de la Bella Durmiente.
Es como acordarse de la primera vez que me besaron, hace 14 años (ouch) situación más bizarra cuando no tienes la más mínima experiencia al respecto, como toda primera vez es un cúmulo de emociones y sensaciones que jamás esperas. Eso unido al hecho de que fue una experiencia extrema porque mi compañero de fechoría decidió prudente llamar mi atención acostándose a mitad de unas vías de tren, con el tren acercándose a nosotros generándome más angustia que admiración... hicieron que la situación se tornara más interesante. Evidentemente lo mejor de todo no fue el beso en sí, porque como muchas veces en mi vida yo no tenía idea de lo que hacía, me angustiaba más el hecho de tener brackets y tratar de no lacerarle la boca, como sucedía con mis cachetes, que si quiera considerar hacerlo bien. Lo mejor de la situación fue que después de besarme me agarraron de la mano para caminar hacia mi casa y esa sensación de bienestar y de amor por alguien que no era parte de mi familia, me acompañaron por el resto de mi vida y ese fue mi parte aguas hasta hoy. No recuerdo exactamente el beso, pero si el calor de su mano y que ahí entendí que ya nunca iba a volver a ser igual.
No sé, menuda complicación escribir de uno mismo sin que suene ni a presunción ni a menosprecio. Con el tiempo irá saliendo mi verdadero yo y se darán cuenta que he cambiado mucho desde ese primer beso hasta mi "machorrez" actual... aunque en esencia siempre voy a ser la niña tierna gordita que le gusta sonreír, cantar, mojarse en la lluvia, los abrazos y decir te quiero.
Buenos días.
Nuria
martes, 8 de octubre de 2013
90- 60-90
Volviendo al tema de desnudar mi persona frente a quien sea que me lea, yo y mis 65 kilos (sí, acabo de hacer de dominio popular mi sobre peso y ¿qué?) estamos muy perturbados porque últimamente en todos lados veo que la gente corre... hacia dónde, de qué, porqué... no lo sé, pero es un hecho comprobable que la moda estos días consiste en estar fit, como dice mi hermana.
He de confesar que lo intenté un par de ocasiones pero anatómicamente soy no apta para hacerlo, mis tobillos chocan, no sé respirar, me duelen las plantas de los pies.. como sea, no se me da correr. Pero como últimamente necesito aferrarme a algo que me genere seguridad, la verdad es que caí en la onda fitness y voy al gimnasio a pararme unas jodas de terror (aunque mi entrenador diga lo contrario). Honestamente ya le estoy tomando el gusto, y más allá de la emoción de compartir los aparatos sudados con mucha gente, el vapor con personas de la tercera edad que tienen cierta afición por untarse exfoliantes florales, señoras que en el vestidor no conocen la palabra recato... la verdad es que es un lugar muy pintoresco. Por ejemplo hay un grupo de individuos a quienes la hipertrofia muscular les ha llegado a inflamar un poco las membranas cerebrales de tal manera que les impide actuar de forma decente dentro de la sociedad, en un espacio en el que da la impresión que se sienten reyes, como si ellos fueran el camino a seguir por tener músculos inflados que desde mi particular forma de ver las cosas el físico queda en segundo plano siempre y más cuando deja mucho que desear la manera en la que su comportamiento de pavorreales les limita la educación con el resto de la gente con la que comparten un área.
Mi problema no radica en ellos como personas debo aclarar, sé que los estoy prejuzgando, no he tenido el placer de entablar una conversación con ninguno, en realidad mi problema es la necesidad de llamar la atención a base de pujidos cavernarios y la manera en la que todo el tiempo juegan a lo que suelo llamar "medir el miembro más grande" expresión que utilizo cuando un grupo de machos compite de manera absurda por demostrar hombría. Lo cual me perturba en niveles ridículos, es algo más fuerte que yo, que me desquicia. Quizá esta alteración sólo sea parte de mi intolerancia de estos días... es altamente posible, no lo sé con exactitud, últimamente estoy descubriendo cosas que no sabía me molestaban tanto. Como sea, la verdad es que aunque dudo algún día emocionarme al encontrarlos, me dan material para escribir, cosa que les agradezco infinitamente.
Y aun a pesar de mi ineptitud corredora hice una apuesta con Panda, mi mejor compañero de fiesta, amigo, primo y personaje a quien amo con toda mi alma, que le ganaría una carrera de 5 km... ¿por qué? lo desconozco, sé que tengo toda la desventaja en mi contra, que él entrena con frecuencia, y sobre todo SABE correr, pero confío en que mi infinito orgullo me va a dar el empuje que necesito para ganar y así demostrarme que sí puedo correr, que ha valido la pena tanto esfuerzo y así acumular otra pequeña victoria.
Como sea espero pronto ver resultados y que esos 65 kilos de puro poder se reduzcan por lo menos un 12% antes de que pierda la razón. Y para una persona que gran parte de su vida vivió con ligeros problemas de sobre peso ya debería estar acostumbrada a cargar un poco de más. Aunque debo confesar que creo debería estar agradecida porque gracias a esa gran pancita que tenía en la infancia, logré desarrollar ciertas características de mi persona que hoy me definen. Por ejemplo, aprendí a reírme de mi antes de que alguien más lo hiciera... habilidad que me permite sobrellevar muchas críticas que sin querer te encuentras en el camino. Aprendí a ser una persona empática porque por alguna razón los niños gorditos provocan ternura (no siempre, aunque en mi caso así fue) entonces la gente se tornaba bastante amable en mi presencia porque no representaba una amenaza. Entonces la verdad es que no me fue tan mal teniendo más cachetes que la mayoría, el problema se volvió una vez que conocí la delgadez... y entonces comencé a traicionar mis ideales de no ejercicio, que toda la vida pregoné...
El punto es que no lo hay y solamente sigo buscando equilibrio... y después de un par de semanas, la balanza comienza a tener más forma.
Buenas noches.
Nuria
domingo, 29 de septiembre de 2013
Un poco de luz.
Después de leer y re leer las entradas pasadas y darme cuenta que los tres escritos anteriores me hacen quedar como esquizoide a punto del suicidio, había decidido no escribir nada si no tenía algún matiz de felicidad o tranquilidad; de ahí que tardara tanto en volverlo a hacer, y aunque no es justificación, de verdad no había tenido nada agradable que decir, hasta ayer, que un suceso mínimo y por demás trivial hizo que mi día empezara con el pie correcto.
Me levanté como todas las mañanas y me metí a bañar, cuando me di cuenta que el agua salía a temperatura bastante fría, entonces el plomero (no muy eficiente) que vive en mi ser asumió que era un problema del boiler, aparato completamente ajeno a mis conocimientos e intereses, así pues me dirigí a enfrentarlo sólo para darme cuenta de lo completamente nulos que eran mis conocimientos al respecto y lo completamente dependiente que te puedes volver de alguien cuando no tienes la necesidad ni siquiera de saber dónde se encuentran las cosas. Como sea, vencí mis demonios internos que me gritan lo consentida e inútil que soy, y me dispuse a moverle las válvulas que permiten que funcione, un par de minutos después, una servilleta quemada (porque así llegué a ver el método en casa de mis papás) y listo... Había agua caliente. ¡Pum! no soy tan inútil como pareciera. ¡Pum! Las cosas después de todo sí pueden salir bien sin necesitar que alguien más las haga por mi. Todo gracias al boiler. Y aunque tuve una derrota con un frasco de tylenol que no logré abrir, porque como todo "abre fácil" no se abre precisamente fácil, el boiler me dio bastante esperanza.
Y hoy ha sido un día refrescantemente agradable. Como casi cada fin de semana desde que Emilia nació y yo me salí de mi casa, fui a casa de mis papás a que convivieran con su nieta por la cual se desviven. Para empezar, un día no puede ser malo cuando hay mole de olla de mi madre de por medio. Aun sin mucha sal, es mi platillo preferido y me trae todo el confort que traen los papas cuando estás con ellos. Sólo una mamá o un papá saben como hacerte sentir de 6 años de nuevo y que nada malo en este mundo te puede suceder si están cerca. Y por otro lado y como siempre que ha sucedido cuando mi papá decide tomar el micrófono en una reunión, me hizo darme cuenta de dos cosas: la primera, lo afortunada que soy de tener una figura de admiración tan inteligente como es él. No es exageración cuando digo que es una de las personas más inteligentes e interesantes que conozco, siempre tiene una respuesta, una teoría, una hipótesis que podrían hacer dudar hasta al más necio de los eruditos. No por nada es la única persona en el mundo que me hace llorar sólo con una pregunta, con llegar a un lugar, con unas palabras.
Y la segunda cosa es que estoy muy orgullosa de lo que he pasado y logrado para que mi bebé tenga todo lo que tiene, que poco o mucho ha sido a base de esfuerzo de su papá y mío que no hacemos más que vivir y pensar por ella, por su futuro, por su presente. Para que tenga cosas, situaciones que ni su papá ni yo tuvimos cuando éramos niños, como me di cuenta hoy que mis papás hicieron. Mi papá hablaba sobre su infancia, adolescencia, cómo crecer en una vecindad con un padre linotipista, nueve hermanos, compartir zapatos, la bendición de mi abuela al salir de la casa, frijoles y un bolillo por cabeza para la cena, camas de resortes, una televisión fuera del alcance de él y mis tíos, golpes como medio de supervivencia... conocer el mar a los 17 años en un camión de naranjas y un viaje de 18 horas a Acapulco y demás historias que nos mantuvieron cerca de 4 horas sólo escuchando y preguntando detalles; y mientras hablaba yo no hacía mas que pensar que ojalá algún día esté a la altura de mis papás que aunque las circunstancias dictaban que su destino fuera quedarse dentro del medio dónde crecieron, no lo hicieron y jamás permitieron que las situaciones por las que pasaron los definieran y los estancaran, si no al contrario, los hizo darse cuenta que hay más cosas por ofrecer, por ver, por enseñarle a mi hermana y a mi... Lo cual me da otro empujón más para querer hacer muchas cosas por mi, por Emilia... y aunque la mayoría de las cosas que contó hoy mi papá ya las sabía, mi manera de percibirlo fue completamente diferente a otras veces. Hoy sólo le puedo agradecer porque sin darse cuenta me dio ánimo e hizo que mi admiración y respeto por él y por mi mamá incrementaran muchísimo, como si eso fuera tarea fácil.
En general han sido muy buenos días y así será de aquí en adelante, todo es cuestión de decidir con qué actitud enfrentar lo que se ponga en frente.
Buenos días.
Nuria
Me levanté como todas las mañanas y me metí a bañar, cuando me di cuenta que el agua salía a temperatura bastante fría, entonces el plomero (no muy eficiente) que vive en mi ser asumió que era un problema del boiler, aparato completamente ajeno a mis conocimientos e intereses, así pues me dirigí a enfrentarlo sólo para darme cuenta de lo completamente nulos que eran mis conocimientos al respecto y lo completamente dependiente que te puedes volver de alguien cuando no tienes la necesidad ni siquiera de saber dónde se encuentran las cosas. Como sea, vencí mis demonios internos que me gritan lo consentida e inútil que soy, y me dispuse a moverle las válvulas que permiten que funcione, un par de minutos después, una servilleta quemada (porque así llegué a ver el método en casa de mis papás) y listo... Había agua caliente. ¡Pum! no soy tan inútil como pareciera. ¡Pum! Las cosas después de todo sí pueden salir bien sin necesitar que alguien más las haga por mi. Todo gracias al boiler. Y aunque tuve una derrota con un frasco de tylenol que no logré abrir, porque como todo "abre fácil" no se abre precisamente fácil, el boiler me dio bastante esperanza.
Y hoy ha sido un día refrescantemente agradable. Como casi cada fin de semana desde que Emilia nació y yo me salí de mi casa, fui a casa de mis papás a que convivieran con su nieta por la cual se desviven. Para empezar, un día no puede ser malo cuando hay mole de olla de mi madre de por medio. Aun sin mucha sal, es mi platillo preferido y me trae todo el confort que traen los papas cuando estás con ellos. Sólo una mamá o un papá saben como hacerte sentir de 6 años de nuevo y que nada malo en este mundo te puede suceder si están cerca. Y por otro lado y como siempre que ha sucedido cuando mi papá decide tomar el micrófono en una reunión, me hizo darme cuenta de dos cosas: la primera, lo afortunada que soy de tener una figura de admiración tan inteligente como es él. No es exageración cuando digo que es una de las personas más inteligentes e interesantes que conozco, siempre tiene una respuesta, una teoría, una hipótesis que podrían hacer dudar hasta al más necio de los eruditos. No por nada es la única persona en el mundo que me hace llorar sólo con una pregunta, con llegar a un lugar, con unas palabras.
Y la segunda cosa es que estoy muy orgullosa de lo que he pasado y logrado para que mi bebé tenga todo lo que tiene, que poco o mucho ha sido a base de esfuerzo de su papá y mío que no hacemos más que vivir y pensar por ella, por su futuro, por su presente. Para que tenga cosas, situaciones que ni su papá ni yo tuvimos cuando éramos niños, como me di cuenta hoy que mis papás hicieron. Mi papá hablaba sobre su infancia, adolescencia, cómo crecer en una vecindad con un padre linotipista, nueve hermanos, compartir zapatos, la bendición de mi abuela al salir de la casa, frijoles y un bolillo por cabeza para la cena, camas de resortes, una televisión fuera del alcance de él y mis tíos, golpes como medio de supervivencia... conocer el mar a los 17 años en un camión de naranjas y un viaje de 18 horas a Acapulco y demás historias que nos mantuvieron cerca de 4 horas sólo escuchando y preguntando detalles; y mientras hablaba yo no hacía mas que pensar que ojalá algún día esté a la altura de mis papás que aunque las circunstancias dictaban que su destino fuera quedarse dentro del medio dónde crecieron, no lo hicieron y jamás permitieron que las situaciones por las que pasaron los definieran y los estancaran, si no al contrario, los hizo darse cuenta que hay más cosas por ofrecer, por ver, por enseñarle a mi hermana y a mi... Lo cual me da otro empujón más para querer hacer muchas cosas por mi, por Emilia... y aunque la mayoría de las cosas que contó hoy mi papá ya las sabía, mi manera de percibirlo fue completamente diferente a otras veces. Hoy sólo le puedo agradecer porque sin darse cuenta me dio ánimo e hizo que mi admiración y respeto por él y por mi mamá incrementaran muchísimo, como si eso fuera tarea fácil.
En general han sido muy buenos días y así será de aquí en adelante, todo es cuestión de decidir con qué actitud enfrentar lo que se ponga en frente.
Buenos días.
Nuria
domingo, 22 de septiembre de 2013
Emilia.
Hoy seré breve. Confieso tengo el corazón destrozado, después de unos días de no estar con mi bebé por fin la vi y daría cada milímetro de mi cordura por no verla de nuevo así. Emilia, a quien no cambiaré el nombre, es una niña muy cariñosa, inquieta, platicadora, inteligente y sumamente sensible y empática... Hoy fue una niña callada, enojada, triste. Es parte del proceso imagino, nunca ha sido la más accesible en cuanto a cambios se refiere y pasar por circunstancias ajenas a su pequeño universo de tranquilidad que hemos tratado de crearle, no ha de ser fácil. Siento que el corazón se me aplasta. No hay nada más puro y transparente que su mirada y hoy sentí molestia y reclamo en esos ojos tan hermosos que me derriten el alma.
Ser mamá cambió por completo mi manera de percibir la vida, mi corazón salió para siempre de mi cuerpo para entregarse a una criatura que todos los días me motiva a querer dominar el mundo. Emilia es mi fuerza y razón de respirar. Cada palabra, paso, logro que vivo con ella hacen que todo lo demás se vuelva una banalidad. Emilia llegó a mi vida para sacudirme de manera tal que me convirtió en una persona sensible, sin miedo a decir las cosas... vulnerable. Me enseñó que un "te amo mami" con esa voz suave, dulce no se compara con ningún otro sonido en el universo y que a mis ojos es el ser más perfecto que jamás podrá existir. A veces sigo sin dar crédito cómo es que esta personita tan chiquita y frágil es capaz de hacerme sentir un súper héroe, hacer que no me permita caer por más que crea que he tocado fondo, cómo es que sin saberlo es mi eje central y el motivo de mi sensatez. Tendiéndola en mis brazos, recargada sobre mi pecho se justifica mi existencia. Cualquiera pensaría que los papás somos los salvavidas de nuestros hijos, que gracias a nosotros ellos se convierten en quienes son, en mi caso es al revés, ella es mi faro, ella me convirtió en quien soy hoy.
"Todo va a estar bien, voy a estar bien, vamos a estar bien" frase que repito muchas veces al día, lo repito como mantra y como deseo. No tengo más opciones que estar bien, por Emilia, por mi. Pronto estaremos bien... aunque hoy mi pecho insista en pesar una tonelada.
Buenas noches.
Nuria
Ser mamá cambió por completo mi manera de percibir la vida, mi corazón salió para siempre de mi cuerpo para entregarse a una criatura que todos los días me motiva a querer dominar el mundo. Emilia es mi fuerza y razón de respirar. Cada palabra, paso, logro que vivo con ella hacen que todo lo demás se vuelva una banalidad. Emilia llegó a mi vida para sacudirme de manera tal que me convirtió en una persona sensible, sin miedo a decir las cosas... vulnerable. Me enseñó que un "te amo mami" con esa voz suave, dulce no se compara con ningún otro sonido en el universo y que a mis ojos es el ser más perfecto que jamás podrá existir. A veces sigo sin dar crédito cómo es que esta personita tan chiquita y frágil es capaz de hacerme sentir un súper héroe, hacer que no me permita caer por más que crea que he tocado fondo, cómo es que sin saberlo es mi eje central y el motivo de mi sensatez. Tendiéndola en mis brazos, recargada sobre mi pecho se justifica mi existencia. Cualquiera pensaría que los papás somos los salvavidas de nuestros hijos, que gracias a nosotros ellos se convierten en quienes son, en mi caso es al revés, ella es mi faro, ella me convirtió en quien soy hoy.
"Todo va a estar bien, voy a estar bien, vamos a estar bien" frase que repito muchas veces al día, lo repito como mantra y como deseo. No tengo más opciones que estar bien, por Emilia, por mi. Pronto estaremos bien... aunque hoy mi pecho insista en pesar una tonelada.
Buenas noches.
Nuria
sábado, 21 de septiembre de 2013
Rouge Coco. 19. Gabrielle.
"I hurt myself today
To see if I still feel
I focus on the pain
The only thing that's real
The needle tears a hole
The old familiar sting
Try to kill it all away
But I remember everything (...)"
Ayer me descubrí saliendo a la calle por segunda ocasión en la semana con la boca tono carmín. ¿Qué tendrá el color rojo que me hace sentir fuerte? Quizá es mi constante necesidad de reconocimiento, que la gente note mi presencia y se vuelve un reflejo involuntario voltear a ver una boca roja y por inmediata respuesta al sentir una mirada me devuelve un poco de equilibrio.
"Estás muy blanca o el labial muy rojo" fue uno de los comentarios desaprobatorios que recibí, o quizá no era desaprobatorio y como dice mi amiga Natalia sólo estoy a la defensiva últimamente. Asumo es una cuestión normal. No lo sé. Siempre he sido igual... pero no me interesa hoy analizar mi personalidad. Estoy muy enojada para hacerlo y cuando estoy enojada pierdo perspectiva. Sólo sé que ese comentario no debió salir de la persona que me lo dijo... persona capaz de desarmarme al conocerme tan bien. Cualquiera que haya sido la intención, el tono del labial fue parte de mi "wish list" durante mucho tiempo y no me importa si realza mi tono rosáceo de piel, o me hace ver más blanca de lo que debería, sólo sé que ahora lo tengo y me da seguridad. Un paso adelante.
Hace 17 días experimenté disparar armas de fuego en un campo de tiro. Desde una Dirty Harry hasta una Sniper me hicieron sentir que en ese momento era capaz de cualquier cosa, bastaba disparar el gatillo y la voz de "go" para liberar tanta tensión que tenía acumulada. Un moretón en el hombro derecho y una fuerte sensación de poder combinado con el olor a pólvora (mismo al que peligrosamente me sentí muy atraída) fueron las cosas que me llevé de ese lugar, al cual regresaré una vez que las cosas estén sobre concreto. Un nuevo lugar seguro, un fuerte. Me pregunto si con la boca carmín la situación hubiera cambiado mi manera de vivirlo.
Tengo un chiste local con mi amigo Armando acerca de su "armadura". Sale con una chica a quién él no le permite acercarse de manera emocional, aclaro, y como buena mujer ella quiere saber todo sobre él, saber sus secretos, sueños, expectativas, y demás pendejadas que parte instinto y parte demasiado cine... le obligan a quererlo forzar a hablar... hasta que un día, y para mi beneplácito, le dijo que "debía quitarse la armadura". Me gustaría hablar con ella y preguntarle si ella no utiliza algún medio de defensa contra el mundo. Algo que le permita sentirse segura y lejos de cualquier dolor y de paso también preguntarle si cree que esa es la manera correcta de conocer a alguien, pero no nos desviemos. Quiero decirte mi querido Armando, mundo... que aunque reímos mucho al respecto yo también tengo la mía. Estos días se basa no en la risa, en saberme burlar de mis defectos como normalmente haría, en sacar de una situación como esta llena de emociones y subidas y bajadas una sátira perfecta a mis fracasos como me pediste hiciera en este espacio... hoy no puedo... aun no; mi armadura estos días consiste en tacones y labios rojos. Así que si un día de estos me encuentran sumamente arreglada y boca carmín, asuman que no quiero preguntas, no quiero contar mis planes, no quiero miradas lastimeras, no quiero abrazos ni ayuda... sólo trato de encontrar equilibrio.
" (...) If I could start again
A million miles away
I would keep myself
I would find a way". *
Buen fin.
Nuria
*Hurt. Johnny Cash.
martes, 17 de septiembre de 2013
El inicio de mis 27
¿Cómo justificar el hacer pública tu vida esperando que a alguien más le importe?
Puedo comenzar desnudándome ante quien quiera leerme con la firme promesa de hacer de esto un hábito si es que este experimento (impulsado por mi madre de quién con el tiempo sabremos) logra funcionar y no sólo mis amigos y mi "support team" logran leerme.
Entonces pues, puedo comenzar presentándome: soy Nuria mamá por definición, publi relacionista por formación, y bloggera por experimentación. A mis 27 años, casi recién cumplidos, tengo una hermosa princesa de 3 años, víctima de llegar a este mundo con una madre sin un ápice de instinto materno, o al menos eso creía yo. Viví 6 meses aterrada con la idea de traer al mundo a alguien y tener que cuidarla, cuando yo no era capaz ni de cuidarme sola. Para no ir muy lejos no tenía menos de seis meses que había destruido un coche... mismo al que rara vez llegué a ponerle gasolina de mi bolsa (gracias pa') aunque ya trabajara. En fin, tres años después, confieso el terror no cesa, hemos crecido juntas y hemos aprendido a respetar nuestras diferencias y similitudes. Tengo un gran camino por recorrer para volverme una gran mamá, y con los días se darán cuenta que todos los días lo intento como si fuera el último.
A mis 27 años estoy empezando a conocer mis límites y alcances. Estoy empezando a confiar en mi y a descubrir quién soy. A darme cuenta que aunque el 90% del tiempo no crea que soy lo suficientemente fuerte para hacer algo, lo soy. Que lo más difícil de crecer es la congruencia, no congruencia en cómo la gente te percibe y cómo te ves tu, lo que la gente cree es lo correcto y lo que no, lo que toda la vida has escuchado y llegaste a creer por obligación; si no congruencia con quien tu siempre supiste que eras y no te atreviste a ser, congruencia en lo que tu corazón cree, siente y ve... sólo congruencia.
Estoy también descubriendo que estoy rodeada de una serie de personajes que hacen que mi vida valga la pena, que no importa qué tantas ganas tenga de no levantarme de la cama siempre hay un: "hola" que me motiva a contestar... gente que espero no se moleste ni me odie cuándo llegue el momento de desnudarlos... un poco. Ellos son mi "support team". Ellos son mi motor.
En fin, no creo ser una persona del todo compleja, sólo he tomado decisiones que me han llevado a este lugar dónde uso este espacio como terapia, para olvidar que se acaban de llevar a mi perro, que no puedo escribir si no fue con dos cervezas en la cabeza, que a mis 27 he hecho cosas de las que no estaba del todo segura y sin embargo las hice y ahora aquí estoy cuestionando cada minuto de mis últimos años preguntándome qué tan real es lo que una vez me dijo mi hermana (que después descubrí leyó en un libro de Paulo Cohelo, pero no es el caso ahora) "cuando realmente quieres algo con todo el corazón, todo el universo conspira para que suceda"... Me gusta creer que tiene razón, aunque rara vez se lo reconozco... pero esta vez me temo se equivoca... todo parece demasiado borroso, como todas las mañanas de mi vida, como cuando solía aventar mis lentes de contacto en la noche tras habérseme pasado las cucharadas. Creo que mis 27 empiezan complicados, más difíciles de lo que esperaba, con muchos cambios y muchas decisiones... y aunque con el mejor "support team" del universo, aun siento mucho dolor.
Como sea así empiezan mis 27... sonriendo y llorando. Y así empieza este lugar, que he de confesar siempre esperé tener el valor de hacerlo... y como últimamente estoy muy valiente, pues le creo a mi mamá que confía en mi "talento". Espero haya alguien que le guste tanto leerme como a mi escribir.
Buenas noches.
Nuria
Puedo comenzar desnudándome ante quien quiera leerme con la firme promesa de hacer de esto un hábito si es que este experimento (impulsado por mi madre de quién con el tiempo sabremos) logra funcionar y no sólo mis amigos y mi "support team" logran leerme.
Entonces pues, puedo comenzar presentándome: soy Nuria mamá por definición, publi relacionista por formación, y bloggera por experimentación. A mis 27 años, casi recién cumplidos, tengo una hermosa princesa de 3 años, víctima de llegar a este mundo con una madre sin un ápice de instinto materno, o al menos eso creía yo. Viví 6 meses aterrada con la idea de traer al mundo a alguien y tener que cuidarla, cuando yo no era capaz ni de cuidarme sola. Para no ir muy lejos no tenía menos de seis meses que había destruido un coche... mismo al que rara vez llegué a ponerle gasolina de mi bolsa (gracias pa') aunque ya trabajara. En fin, tres años después, confieso el terror no cesa, hemos crecido juntas y hemos aprendido a respetar nuestras diferencias y similitudes. Tengo un gran camino por recorrer para volverme una gran mamá, y con los días se darán cuenta que todos los días lo intento como si fuera el último.
A mis 27 años estoy empezando a conocer mis límites y alcances. Estoy empezando a confiar en mi y a descubrir quién soy. A darme cuenta que aunque el 90% del tiempo no crea que soy lo suficientemente fuerte para hacer algo, lo soy. Que lo más difícil de crecer es la congruencia, no congruencia en cómo la gente te percibe y cómo te ves tu, lo que la gente cree es lo correcto y lo que no, lo que toda la vida has escuchado y llegaste a creer por obligación; si no congruencia con quien tu siempre supiste que eras y no te atreviste a ser, congruencia en lo que tu corazón cree, siente y ve... sólo congruencia.
Estoy también descubriendo que estoy rodeada de una serie de personajes que hacen que mi vida valga la pena, que no importa qué tantas ganas tenga de no levantarme de la cama siempre hay un: "hola" que me motiva a contestar... gente que espero no se moleste ni me odie cuándo llegue el momento de desnudarlos... un poco. Ellos son mi "support team". Ellos son mi motor.
En fin, no creo ser una persona del todo compleja, sólo he tomado decisiones que me han llevado a este lugar dónde uso este espacio como terapia, para olvidar que se acaban de llevar a mi perro, que no puedo escribir si no fue con dos cervezas en la cabeza, que a mis 27 he hecho cosas de las que no estaba del todo segura y sin embargo las hice y ahora aquí estoy cuestionando cada minuto de mis últimos años preguntándome qué tan real es lo que una vez me dijo mi hermana (que después descubrí leyó en un libro de Paulo Cohelo, pero no es el caso ahora) "cuando realmente quieres algo con todo el corazón, todo el universo conspira para que suceda"... Me gusta creer que tiene razón, aunque rara vez se lo reconozco... pero esta vez me temo se equivoca... todo parece demasiado borroso, como todas las mañanas de mi vida, como cuando solía aventar mis lentes de contacto en la noche tras habérseme pasado las cucharadas. Creo que mis 27 empiezan complicados, más difíciles de lo que esperaba, con muchos cambios y muchas decisiones... y aunque con el mejor "support team" del universo, aun siento mucho dolor.
Como sea así empiezan mis 27... sonriendo y llorando. Y así empieza este lugar, que he de confesar siempre esperé tener el valor de hacerlo... y como últimamente estoy muy valiente, pues le creo a mi mamá que confía en mi "talento". Espero haya alguien que le guste tanto leerme como a mi escribir.
Buenas noches.
Nuria
Suscribirse a:
Entradas (Atom)