(...) I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
And instead of using force
I guess I should’ve let you in
I never meant to start a war
I just wanted you to let me in
I guess I should’ve let you in
Don’t you ever say I just walked away (...)
Fácil es jugar a la maldad. Fácil es huir de lo que se "debe" hacer. Fácil es distraer a tus demonios con algún placer momentáneo. Fácil es opinar, criticar, juzgar. Fácil es actuar sin pensar. Fácil es olvidarte del resto del mundo y concentrarte sólo en ti. Fácil es decir "no creo en el amor", cuando es lo único que rodea la mente. Fácil es fingir un tono de voz, una caricia, un gesto. Fácil es abstraerte de la realidad en lugares con altos decibeles que callan los pensamientos. Fácil es desquitar sentimientos con quién no entiende de lo que se habla. Fácil es secarse las lágrimas con toallas de soberbia. Fácil es ignorar la mirada lastimera de alguien que percibe tu dolor. Fácil es aguantar el nudo en la garganta con cada abrazo apretado. Fácil es cantar a todo pulmón imaginando que alguien más comparte y entiende tu sentir para perder la sensación de abandono. Fácil es culpar a quién compartió... todo. Fácil es tapar la piel con pijama de franela y calcetines de lana cubriéndose con cobijas llenas de historia para tratar de calmar el frío.
Difícil es no poder decir en voz alta todo lo que aprieta el pecho. Difícil no pronunciar "quédate" sólo por no estar sola. Difícil es no confundir la comodidad del corazón al reconocer una voz familiar con las verdaderas ganas de querer escucharla. Difícil es sacar tanto enojo y frustración, querer sólo llorar y tener que sonreír porque no hay más opciones. Difícil no quejarse del cansancio y buscar energía por debajo de las uñas para no quedarse dormida al caminar. Difícil es no decir "te necesito" cuando tratas de encontrar tu camino de independencia. Difícil es tratar de correr más lejos, rápido, y reconocer que tus piernas no dan para más. Difícil encontrarse aislada en un cuarto lleno de gente y ver el tiempo en cámara lenta. Difícil es pedir ayuda cuándo no se sabe pronunciarlo. Difícil es levantarse todos los días al sonido de una alarma de manera mecánica queriendo no despertar. Difícil es pronunciar frases en las que no terminas de creer, por más que las repitas a diario. Difícil es exponer mi vida y mi sentir cuando no termino de entenderla ni yo misma; tratando de manifestar sentimientos que sólo sabes reprimir. Difícil es no saber a dónde girar, no saber reaccionar, apartar mi dolor porque hay alguien más que necesita de mi al cien por ciento aunque no tenga fuerza para hacerlo. Pero definitivamente nada más difícil que ver a mi bebé luchar por aprender a manejar emociones tan fuertes como el enojo y la frustración, cuando la única que debería dominar es la de la felicidad. Escucharla llorar sin que entienda el motivo de su sentir, verla golpear con su manita y toda la fuerza de su ser contra un asiento sin saber cómo contenerla. Sentirse inútil por no saber ser los brazos capaces de protegerla de cualquier monstruo, no ser capaz de ser su lugar seguro.
Que difícil es pretender que todo es fácil.
Buenas noches.
Nuria
jueves, 24 de octubre de 2013
sábado, 12 de octubre de 2013
"... Pero querías novia bonita ¿no?"
"Eres como un vato más" palabras inmortales de Enrique. Palabras que no salen de mi cabeza desde hace un par de días. En su defensa quiso alegar que se refería a que se siente en la confianza para decirme cosas que no a cualquier mujer le diría. Dudo tuviera mala intención. Pero me pregunto si esa es la impresión que doy porque desde hace un par de semanas, he escuchado en varias ocasiones que tengo más testículos de lo que me gustaría admitir.
"Machorra" es otra de las palabras que últimamente figuran mucho en mi vocabulario. Tampoco estoy segura de ser feliz escuchando que soy machorra, sólo por el hecho de no ser precisamente delicada. Aunque delicada para quién, si me preguntan no soy precisamente una mujer de rosas, pero claro que me gustan los detalles, las atenciones, mujer que diga que no le gusta que le pongan atención... miente. Si bien es cierto que no soy de peluches y chocolates, y acepte que no me molestaría nada que un día el detalle consistiera en tacos de tripa súper dorada y picada con dos salsas mucho limón y una bohemia oscura... no me hace machorra o ¿si?. Soy perfectamente capaz de andar un día completo en tacones y falda incluida la natación de Emilia con todo y sus negativas a salir de la alberca, a meterse a bañar, a cenar... quizá no lo haría perfectamente maquillada y peinada, pero mi papá dice que las niñas bonitas sólo se necesitan bañar y no sólo le creo... dudo que cualquier persona lograra hacerlo.
Pareciera que estoy justificando mi forma de ser, pero no... soy muy partidaria de la idea de que si algo no te gusta no lo hagas, si te molesta mi forma de ser, no convivas; si no te gusta como me visto, no me veas... es fácil, a veces creo nos esforzamos más por complicarnos la vida que en realidad por disfrutar. Y más que justificación, sólo comparto mi preocupación por esto de no ser tan princesa y más preocupación por no estar segura que me perturbe del todo no serlo. Me gusta ser yo al final del día y seguro que hay gente que le gusta como soy.
Sería una larga entrada si hablara de cada una de las personas que han marcado mi forma de ser amorosamente hablando (quizá algún día les dedique una entrada a cada uno, aunque no sé si les daría gusto leer lo que tengo que decir). Sólo diré que no puedo quejarme, la verdad es que a su manera todos me quisieron por lo menos en algún momento mucho y lo que sí es que cada uno me fue dando más fuerza y más autoestima para saber marcar límites en cuánto qué puedo tolerar y qué definitivamente no, qué es lo que quiero cerca de mi y qué quiero yo como persona. Sería excesivamente fácil culparlos y decir que cada uno me fue rompiendo el corazón poco a poco y me hice "ruda". Se tira al suelo con música de violines de fondo. Pero la verdad es que no lo soy, nada si me apuran, de hecho no fui la única que salió perdiendo, sólo soy muy calzonuda y orgullosa y quizá eso provoque dar una apariencia no tan frágil por decirlo de alguna manera... pero insisto que aunque no me vista de rosa todos los días no quiere decir que no me sepa los diálogos de la Bella Durmiente.
Es como acordarse de la primera vez que me besaron, hace 14 años (ouch) situación más bizarra cuando no tienes la más mínima experiencia al respecto, como toda primera vez es un cúmulo de emociones y sensaciones que jamás esperas. Eso unido al hecho de que fue una experiencia extrema porque mi compañero de fechoría decidió prudente llamar mi atención acostándose a mitad de unas vías de tren, con el tren acercándose a nosotros generándome más angustia que admiración... hicieron que la situación se tornara más interesante. Evidentemente lo mejor de todo no fue el beso en sí, porque como muchas veces en mi vida yo no tenía idea de lo que hacía, me angustiaba más el hecho de tener brackets y tratar de no lacerarle la boca, como sucedía con mis cachetes, que si quiera considerar hacerlo bien. Lo mejor de la situación fue que después de besarme me agarraron de la mano para caminar hacia mi casa y esa sensación de bienestar y de amor por alguien que no era parte de mi familia, me acompañaron por el resto de mi vida y ese fue mi parte aguas hasta hoy. No recuerdo exactamente el beso, pero si el calor de su mano y que ahí entendí que ya nunca iba a volver a ser igual.
No sé, menuda complicación escribir de uno mismo sin que suene ni a presunción ni a menosprecio. Con el tiempo irá saliendo mi verdadero yo y se darán cuenta que he cambiado mucho desde ese primer beso hasta mi "machorrez" actual... aunque en esencia siempre voy a ser la niña tierna gordita que le gusta sonreír, cantar, mojarse en la lluvia, los abrazos y decir te quiero.
Buenos días.
Nuria
"Machorra" es otra de las palabras que últimamente figuran mucho en mi vocabulario. Tampoco estoy segura de ser feliz escuchando que soy machorra, sólo por el hecho de no ser precisamente delicada. Aunque delicada para quién, si me preguntan no soy precisamente una mujer de rosas, pero claro que me gustan los detalles, las atenciones, mujer que diga que no le gusta que le pongan atención... miente. Si bien es cierto que no soy de peluches y chocolates, y acepte que no me molestaría nada que un día el detalle consistiera en tacos de tripa súper dorada y picada con dos salsas mucho limón y una bohemia oscura... no me hace machorra o ¿si?. Soy perfectamente capaz de andar un día completo en tacones y falda incluida la natación de Emilia con todo y sus negativas a salir de la alberca, a meterse a bañar, a cenar... quizá no lo haría perfectamente maquillada y peinada, pero mi papá dice que las niñas bonitas sólo se necesitan bañar y no sólo le creo... dudo que cualquier persona lograra hacerlo.
Pareciera que estoy justificando mi forma de ser, pero no... soy muy partidaria de la idea de que si algo no te gusta no lo hagas, si te molesta mi forma de ser, no convivas; si no te gusta como me visto, no me veas... es fácil, a veces creo nos esforzamos más por complicarnos la vida que en realidad por disfrutar. Y más que justificación, sólo comparto mi preocupación por esto de no ser tan princesa y más preocupación por no estar segura que me perturbe del todo no serlo. Me gusta ser yo al final del día y seguro que hay gente que le gusta como soy.
Sería una larga entrada si hablara de cada una de las personas que han marcado mi forma de ser amorosamente hablando (quizá algún día les dedique una entrada a cada uno, aunque no sé si les daría gusto leer lo que tengo que decir). Sólo diré que no puedo quejarme, la verdad es que a su manera todos me quisieron por lo menos en algún momento mucho y lo que sí es que cada uno me fue dando más fuerza y más autoestima para saber marcar límites en cuánto qué puedo tolerar y qué definitivamente no, qué es lo que quiero cerca de mi y qué quiero yo como persona. Sería excesivamente fácil culparlos y decir que cada uno me fue rompiendo el corazón poco a poco y me hice "ruda". Se tira al suelo con música de violines de fondo. Pero la verdad es que no lo soy, nada si me apuran, de hecho no fui la única que salió perdiendo, sólo soy muy calzonuda y orgullosa y quizá eso provoque dar una apariencia no tan frágil por decirlo de alguna manera... pero insisto que aunque no me vista de rosa todos los días no quiere decir que no me sepa los diálogos de la Bella Durmiente.
Es como acordarse de la primera vez que me besaron, hace 14 años (ouch) situación más bizarra cuando no tienes la más mínima experiencia al respecto, como toda primera vez es un cúmulo de emociones y sensaciones que jamás esperas. Eso unido al hecho de que fue una experiencia extrema porque mi compañero de fechoría decidió prudente llamar mi atención acostándose a mitad de unas vías de tren, con el tren acercándose a nosotros generándome más angustia que admiración... hicieron que la situación se tornara más interesante. Evidentemente lo mejor de todo no fue el beso en sí, porque como muchas veces en mi vida yo no tenía idea de lo que hacía, me angustiaba más el hecho de tener brackets y tratar de no lacerarle la boca, como sucedía con mis cachetes, que si quiera considerar hacerlo bien. Lo mejor de la situación fue que después de besarme me agarraron de la mano para caminar hacia mi casa y esa sensación de bienestar y de amor por alguien que no era parte de mi familia, me acompañaron por el resto de mi vida y ese fue mi parte aguas hasta hoy. No recuerdo exactamente el beso, pero si el calor de su mano y que ahí entendí que ya nunca iba a volver a ser igual.
No sé, menuda complicación escribir de uno mismo sin que suene ni a presunción ni a menosprecio. Con el tiempo irá saliendo mi verdadero yo y se darán cuenta que he cambiado mucho desde ese primer beso hasta mi "machorrez" actual... aunque en esencia siempre voy a ser la niña tierna gordita que le gusta sonreír, cantar, mojarse en la lluvia, los abrazos y decir te quiero.
Buenos días.
Nuria
martes, 8 de octubre de 2013
90- 60-90
Volviendo al tema de desnudar mi persona frente a quien sea que me lea, yo y mis 65 kilos (sí, acabo de hacer de dominio popular mi sobre peso y ¿qué?) estamos muy perturbados porque últimamente en todos lados veo que la gente corre... hacia dónde, de qué, porqué... no lo sé, pero es un hecho comprobable que la moda estos días consiste en estar fit, como dice mi hermana.
He de confesar que lo intenté un par de ocasiones pero anatómicamente soy no apta para hacerlo, mis tobillos chocan, no sé respirar, me duelen las plantas de los pies.. como sea, no se me da correr. Pero como últimamente necesito aferrarme a algo que me genere seguridad, la verdad es que caí en la onda fitness y voy al gimnasio a pararme unas jodas de terror (aunque mi entrenador diga lo contrario). Honestamente ya le estoy tomando el gusto, y más allá de la emoción de compartir los aparatos sudados con mucha gente, el vapor con personas de la tercera edad que tienen cierta afición por untarse exfoliantes florales, señoras que en el vestidor no conocen la palabra recato... la verdad es que es un lugar muy pintoresco. Por ejemplo hay un grupo de individuos a quienes la hipertrofia muscular les ha llegado a inflamar un poco las membranas cerebrales de tal manera que les impide actuar de forma decente dentro de la sociedad, en un espacio en el que da la impresión que se sienten reyes, como si ellos fueran el camino a seguir por tener músculos inflados que desde mi particular forma de ver las cosas el físico queda en segundo plano siempre y más cuando deja mucho que desear la manera en la que su comportamiento de pavorreales les limita la educación con el resto de la gente con la que comparten un área.
Mi problema no radica en ellos como personas debo aclarar, sé que los estoy prejuzgando, no he tenido el placer de entablar una conversación con ninguno, en realidad mi problema es la necesidad de llamar la atención a base de pujidos cavernarios y la manera en la que todo el tiempo juegan a lo que suelo llamar "medir el miembro más grande" expresión que utilizo cuando un grupo de machos compite de manera absurda por demostrar hombría. Lo cual me perturba en niveles ridículos, es algo más fuerte que yo, que me desquicia. Quizá esta alteración sólo sea parte de mi intolerancia de estos días... es altamente posible, no lo sé con exactitud, últimamente estoy descubriendo cosas que no sabía me molestaban tanto. Como sea, la verdad es que aunque dudo algún día emocionarme al encontrarlos, me dan material para escribir, cosa que les agradezco infinitamente.
Y aun a pesar de mi ineptitud corredora hice una apuesta con Panda, mi mejor compañero de fiesta, amigo, primo y personaje a quien amo con toda mi alma, que le ganaría una carrera de 5 km... ¿por qué? lo desconozco, sé que tengo toda la desventaja en mi contra, que él entrena con frecuencia, y sobre todo SABE correr, pero confío en que mi infinito orgullo me va a dar el empuje que necesito para ganar y así demostrarme que sí puedo correr, que ha valido la pena tanto esfuerzo y así acumular otra pequeña victoria.
Como sea espero pronto ver resultados y que esos 65 kilos de puro poder se reduzcan por lo menos un 12% antes de que pierda la razón. Y para una persona que gran parte de su vida vivió con ligeros problemas de sobre peso ya debería estar acostumbrada a cargar un poco de más. Aunque debo confesar que creo debería estar agradecida porque gracias a esa gran pancita que tenía en la infancia, logré desarrollar ciertas características de mi persona que hoy me definen. Por ejemplo, aprendí a reírme de mi antes de que alguien más lo hiciera... habilidad que me permite sobrellevar muchas críticas que sin querer te encuentras en el camino. Aprendí a ser una persona empática porque por alguna razón los niños gorditos provocan ternura (no siempre, aunque en mi caso así fue) entonces la gente se tornaba bastante amable en mi presencia porque no representaba una amenaza. Entonces la verdad es que no me fue tan mal teniendo más cachetes que la mayoría, el problema se volvió una vez que conocí la delgadez... y entonces comencé a traicionar mis ideales de no ejercicio, que toda la vida pregoné...
El punto es que no lo hay y solamente sigo buscando equilibrio... y después de un par de semanas, la balanza comienza a tener más forma.
Buenas noches.
Nuria
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