Siempre lo he dicho: mis momentos favoritos se llevan a cabo en la noche. Cuando acuesto a Emilia y puedo olerla. Puedo abrazarla y sentirla chiquita como cuando dormía en mi pecho. Darle cualquier cantidad de besos de conejo, mariposa, esquimal. Ataques de besos. Que me confiese que de grande ya no quiere ser bailarina, ni química, ni veterinaria, si no que va a dedicarse a hacer videos en YouTube jugando y haciendo historias con juguetes (para mayor referencia buscar Toys on the go). Escuchar "Somewhere over the rainbow" y que me diga que cree es la canción más bonita del mundo. Leer cuentos y darme cuenta lo inteligente y sensible que es, porque termina preocupada porque Momo no tiene papás ni un Bolillo a quien torturar. Que me haga preguntas a oscuras que me retan más que cualquier examen que haya hecho jamás. ¿Mamá, las hadas existen?, ¿Mamá, dónde está Dios?, ¿Mamá, me enseñas a rezar?, ¿Mamá, algún día vamos a regresar a la otra casa?, ¿Mamá, qué te da miedo?, ¿Mamá, te vas a morir?. Ese tiempo en que me doy cuenta el ser maravilloso que es, cuando bajo todas mis defensas y olvido todos los gritos del día o lo pesado que pudo ser y me concentro en el "te amo" que me saca de este mundo y me hace simplemente, feliz.
Ver llegar a mi novio, quien dicho sea de paso, desde que tengo 20 años tiene el mismo efecto en mí: el primer instante al verlo, sonrío e inmediatamente sé que nadie me gusta tanto como él. Platicar o más bien discutir todo lo que hicimos en el día y saber que nunca vamos a llegar a lo mismo,que vemos la vida completamente diferente, y quizá si vale mucho la pena, alguno de los dos ceder, sabiendo que probablemente regresaremos a pensar como al principio. Y sin embargo saber que a pesar de ello, encontramos la forma de respetarnos aceptando que somos completamente diferentes, pero nos hacemos felices. Darme cuenta de lo buen hombre que es, inteligente, generoso y centrado, que tiene la capacidad de poner a los demás primero y siempre estar, siempre. Que carece de la necesidad de pretender alguien que no es, que pocas personas conozco como él que se siente tan agusto con quien es, que jamás se esfuerza, esa congruencia total de ser y actuar que admiro infinitamente. Saber que a pesar de las probabilidades, de estar arriba y abajo, de pasar por casi todo, hoy podemos estar juntos e iniciar otro capitulo más. Saberme afortunada de poder contar con este increíble ser humano que aunque crea que vivo a fuerza de necedad, me ama y me acepta, y aunque probablemente pase el resto de su vida cuestionándome (porque estoy convencida que en realidad no tiene idea de cómo opero) sé que encontraremos la fórmula para que esta sensación de bienestar y felicidad dure muchos, muchísimos años más.
¿Que si de un año- dos a hoy, soy diferente a quién era? No lo creo, simplemente ahora trato de simplificar y de disfrutar mucho más todo. Aunque definitivamente sonrío mucho más y estoy más en paz y trato de priorizar qué situación vale la pena el tiempo y cuales y quienes definitivamente no lo valen. Creo que la esencia en mi nunca va a cambiar, siempre habrá algo que me impulse a no necesariamente seguir una regla solo porque existe, a creer que todas las personas siempre tienen algo de bondad y solo dependen de sus circunstancias, a tratar de encontrar la forma de sonreír aunque no siempre tenga ganas... ¿Que si estoy completamente del otro lado del arcoiris y ahora todo son tulipanes y felicidad? No lo estoy, tengo más demonios de los que me gusta admitir, creo que paso gran parte de mi tiempo tratando de controlarlos aún, pero la realidad es que también son más dóciles, entonces poco a poco dejan de hacer tanto ruido. ¿Que si soy más feliz hoy? Lo soy.
Quizá ahora pasé de ser una persona que vivió situación difícil a ser de nuevo la Nuria necia que siempre he sido; ahora que leo lo que escribí antes, reconozco que pasar por ahí definitivamente me ayudó a clarificar una inmensidad de cosas de las que no tenía idea; haber hecho tantas cosas que nunca pensé, hoy me dan una idea distinta de quién soy y hasta dónde puedo llegar y eso claramente ha cambiado muchas cosas de cómo percibo el mundo, así que sin que suene a justificación, espero de todo corazón que ya sin estar en esta situación de vulnerabilidad, resulte igual de entretenido enterarse de mi vida como a mi me satisface hacerlo.
Buenas noches.
Nuria