jueves, 11 de agosto de 2016

Tiempo después.

Siempre lo he dicho: mis momentos favoritos se llevan a cabo en la noche. Cuando acuesto a Emilia y puedo olerla. Puedo abrazarla y sentirla chiquita como cuando dormía en mi pecho. Darle cualquier cantidad de besos de conejo, mariposa, esquimal. Ataques de besos. Que me confiese que de grande ya no quiere ser bailarina, ni química, ni veterinaria, si no que va a dedicarse a hacer videos en YouTube jugando y haciendo historias con juguetes (para mayor referencia buscar Toys on the go). Escuchar "Somewhere over the rainbow" y que me diga que cree es la canción más bonita del mundo. Leer cuentos y darme cuenta lo inteligente y sensible que es, porque termina preocupada porque Momo no tiene papás ni un Bolillo a quien torturar. Que me haga preguntas a oscuras que me retan más que cualquier examen que haya hecho jamás. ¿Mamá, las hadas existen?, ¿Mamá, dónde está Dios?, ¿Mamá, me enseñas a rezar?, ¿Mamá, algún día vamos a regresar a la otra casa?, ¿Mamá, qué te da miedo?, ¿Mamá, te vas a morir?. Ese tiempo en que me doy cuenta el ser maravilloso que es, cuando bajo todas mis defensas y olvido todos los gritos del día o lo pesado que pudo ser y me concentro en el "te amo" que me saca de este mundo y me hace simplemente, feliz. 

Ver llegar a mi novio, quien dicho sea de paso, desde que tengo 20 años tiene el mismo efecto en mí: el primer instante al verlo, sonrío e inmediatamente sé que nadie me gusta tanto como él. Platicar o más bien discutir todo lo que hicimos en el día y saber que nunca vamos a llegar a lo mismo,que vemos la vida completamente diferente, y quizá si vale mucho la pena, alguno de los dos ceder, sabiendo que probablemente regresaremos a pensar como al principio. Y sin embargo saber que a pesar de ello, encontramos la forma de respetarnos aceptando que somos completamente diferentes, pero nos hacemos felices. Darme cuenta de lo buen hombre que es, inteligente, generoso y centrado, que tiene la capacidad de poner a los demás primero y siempre estar, siempre. Que carece de la necesidad de pretender alguien que no es, que pocas personas conozco como él que se siente tan agusto con quien es, que jamás se esfuerza, esa congruencia total de ser y actuar que admiro infinitamente. Saber que a pesar de las probabilidades, de estar arriba y abajo, de pasar por casi todo, hoy podemos estar juntos e iniciar otro capitulo más. Saberme afortunada de poder contar con este increíble ser humano que aunque crea que vivo a fuerza de necedad, me ama y me acepta, y aunque probablemente pase el resto de su vida cuestionándome (porque estoy convencida que en realidad no tiene idea de cómo opero) sé que encontraremos la fórmula para que esta sensación de bienestar y felicidad dure muchos, muchísimos años más.

¿Que si de un año- dos a hoy, soy diferente a quién era? No lo creo, simplemente ahora trato de simplificar y de disfrutar mucho más todo. Aunque definitivamente sonrío mucho más y estoy más en paz y trato de priorizar qué situación vale la pena el tiempo y cuales y quienes definitivamente no lo valen. Creo que la esencia en mi nunca va a cambiar, siempre habrá algo que me impulse a no necesariamente seguir una regla solo porque existe, a creer que todas las personas siempre tienen algo de bondad y solo dependen de sus circunstancias, a tratar de encontrar la forma de sonreír aunque no siempre tenga ganas... ¿Que si estoy completamente del otro lado del arcoiris y ahora todo son tulipanes y felicidad? No lo estoy, tengo más demonios de los que me gusta admitir, creo que paso gran parte de mi tiempo tratando de controlarlos aún, pero la realidad es que también son más dóciles, entonces poco a poco dejan de hacer tanto ruido. ¿Que si soy más feliz hoy? Lo soy.

Quizá ahora pasé de ser una persona que vivió situación difícil a ser de nuevo la Nuria necia que siempre he sido; ahora que leo lo que escribí antes, reconozco que pasar por ahí definitivamente me ayudó a clarificar una inmensidad de cosas de las que no tenía idea; haber hecho tantas cosas que nunca pensé, hoy me dan una idea distinta de quién soy y hasta dónde puedo llegar y eso claramente ha cambiado muchas cosas de cómo percibo el mundo, así que sin que suene a justificación, espero de todo corazón que ya sin estar en esta situación de vulnerabilidad, resulte igual de entretenido enterarse de mi vida como a mi me satisface hacerlo.

Buenas noches.
Nuria 


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidad 2014.

¿Qué tendrá la Navidad que a todos nos trae un poco de nostalgia? ¿Será que al hacer recuento de lo que ha sido del año tratamos de hacer cierres y mientras más se acerca el año nuevo tratamos de hacer borrón y cuenta nueva?...

En general para mi fue un buen año. Más estable emocional, económico, amoroso, de todo. Mi preocupación primordial, Emilia, está bien, pasa por la etapa de cualquier niña de 4 años de berrinche, drama, tratando de no ser bebé ni ser niña grande (a menos que ello represente conveniencia), cada día es más independiente y curiosa... Creo que cada día le caigo un poco mejor aunque sin dudarlo prefiere a su papi. Creo es una cuestión de que "es el hombre más guapo del mundo" o al menos eso es lo que ella afirma. Bueno, reconozco es muy divertido, más que yo. Sin embargo ahora me pide mucho más jugar con ella, leerle cuentos, usar mis zapatos, en general estoy dejando de ser sólo su proveedora de necesidades básicas para convertirme un poco más en alguien con quien le gusta pasar el tiempo, lo cual me llena más que cualquier otra cosa en el mundo. Nunca me va a dejar de sorprender cuánto amor se puede sentir por alguien de forma tan desinteresada, tan pura, sin de verdad ni medir ninguna consecuencia. Sin temer a las consecuencias. Como sea mi princesa está bien. Y por lo tanto, yo no podría estar mejor.

Tengo una familia nuclear para morirse, mis papás son las personas más ecuánimes, nobles, tranquilas, respetuosas e inteligentes que conozco. Seguro que difícilmente llegan a coincidir en las decisiones que tomo, pero jamás ha habido un sólo juicio de su parte, si no todo lo contrario ellos son los pilares que me sostienen como persona. Y no sólo son los mejores papás, son los abuelos que cualquier nieto quisiera tener.  Mi hermana... Ella necesita todo un blog de mi parte para que yo llegara a explicar todo lo que es y representa para mi. Mi hermana simplemente es mi todo. Es curioso, somos dos personas completamente diferentes, en forma de ser, vernos, vestir, percibir la vida, carácter. No nos parecemos prácticamente en nada pero no hay persona en el mundo con el que yo podría enfrentar mejor la vida que ella. Mi cuñado, por el contrario,comparte conmigo muchas cosas, somos muy parecidos, normalmente coincidimos en opiniones y gustos y desde el día que decidió ser parte de mi familia se llevo gran parte de mi corazón. Mis tíos Ale y Paty que siempre me adoptaron, también son parte fundamental de mi mundo, son personas a quien admiro con todo mi ser y mis primos Sam y Ax que fueron mis compañeros de juego a quienes amo con cada milímetro de mi ser son parte de mis pensamientos diarios... ¿Qué puedo decir?.

Mis amigos... Mis amigos hacen que mi mundo tenga color. Así de simple, no importa el tiempo que lleve de conocerlos, mucho o poco son las personas que me devuelven a la tierra y me ubican como mortal. Ellos hacen de mi mundo no importa que tan gris lo perciba, un lugar llevadero, fácil de habitar. Un lugar donde puedo coexistir y ser yo, sin exigir, sin pedir, sin medir. Simplemente somos nosotros y lo entendemos y lo sabemos. Y hemos llegado al punto en el que estamos conscientes que nuestras diferencias son lo que nos permite estar en movimiento, funcionar como un engrane a velocidad que a todos nos funciona. Y por eso los amo con todo mi corazón. 

Comparto mis dudas, cuestionamientos, deseos y futuro con alguien con quien definitivamente también es pilar en mi vida...

Tengo prácticamente el trabajo ideal para muchas personas, y sobre todo a los compañeros y jefes ideales. He pasado por muchos trabajos pero nunca como el del día de hoy. Son lo mejor, aún a pesar de muchas cosas somos una unidad y al final una familia, normalmente disfuncional, pero familia al final. 

Este año para mi fue de transición, de adaptación. Altas y bajas como siempre pero el sol nunca dejó de salir para mi, y definitivamente soy una de las personas favoritas para dios. De eso no tengo duda, sigo conociendo gente que me sigue sorprendiendo, que me hace sonreír y me hace descubrir cosas que no sabía tenía dentro de mi. 

Como sea. Feliz Navidad. De corazón lo que más les deseo es que estén rodeados de por lo menos la mitad de lo que a mi me rodea. Que puedan voltear y encontrar una sonrisa como yo siempre la encuentro. 

Ahora sí, ¡a comer! Y no más "Riviera Mayas" for me.
¡Buena tarde!,
Nuria

martes, 23 de diciembre de 2014

Estimado Señor Claus...

Querido Santa Claus:


Creo que es importante que tu y yo antes de cualquier petición mía, pudiéramos tener un encuentro en alguna cantina de tu preferencia. Simplemente es una invitación, porque no creo que tenga la suficiente labia para encantarte y/o convencerte vía escrita sin necesidad de negociar mi "buen comportamiento" durante este año; y si algo he aprendido es que el alcohol es un facilitador de negocios. Si y sólo si, porque las personas, copas más copas menos, van perdiendo capas al ingerir alcohol, y esto permite cualquier clase de acercamiento con el ser ajeno. 



Creo absolutamente imperativo que tomemos un par de tragos para que yo pueda pedirte lo que sea para conseguir todo lo que deseo para mañana. (O quizá quizá sólo busco un pretexto para no sentirme mal por querer seguir mi pseudo fiesta post cena con anís). Cualquiera que sea el caso, considero importante que tengamos una plática entre los dos y me expliques ¿qué es lo que consideras tú como portarse bien?.



Te voy a decir algo, creo este año mi saldo ha resultado a favor, y definitivamente merecería un gran bono por mi excelente desempeño. Si fuera el caso dónde algunos de mis maestros me llegaron a preguntar: ¿qué calificación merezco? Definitivamente consideraría un 9.5, ¿por qué no el 10? Porque creo que es una vanidad innecesaria y para volverme un ser excelente e impecable, aún me falta rato por recorrer y la verdad es que no me interesa ser intachable. Me divierto muchísimo más que muchas personas que conozco y aunque también la paso peor que muchas otras, al final prefiero mil veces ser yo, que saber que merezco un 10.



Ahora bien, si hacemos una encuesta sobre qué considera la gente que me rodea... Pues ahí es donde yo termino de cerrar el trato contigo antes de que escuches opiniones ajenas. Así que te invito a escuchar mi versión de cualquier hecho o circunstancia que se haya presentado y así evitarnos papeleo indebido. 



Santa, sólo quiero estar en buenos términos contigo para que podamos llegar a un ganar- ganar sin que pierdas tiempo y termines de entregar los regalos de mi bebé. 



Sin más rodeos: renuncio definitivamente al wrangler unlimited sahara y a la petición de tener varias cuentas bancarias con muchos ceros, a cambio de comprometerme a trabajar mucho por conseguirlas por mi propia cuenta. Sin embargo exijo terminantemente que la nueva costumbre de Emilia de no decirme "mamá" y llamarme por mi nombre de pila sólo sea una fase, porque confieso que el "Nuria" sólo no me perturba escucharlo de una persona y definitivamente no es ella.



Te cambio la mansión tipo gaviota por no subir los kilos reglamentarios de la semana de Navidad. Juro que no es mi culpa estar en un lugar dónde se le de preferencia a las hamburguesas y papas que al consomé de pollo y atún en lata al que mi atlético cuerpo está acostumbrado a ingerir. Creo es un gran deal. No sé, considéralo, aunque de verdad esto ni siquiera debería ser parte de la negociación y simplemente debería ser un hecho sólo porque si neta estas viendo todo el año, dominas el esfuerzo que hago casi diario por ejercitarme aún a pesar de mis circunstancias laborales y sociales y no se vale que por genética en una semana todo se vaya al carajo... Siento, pero va, te lo dejo a consideración. 



Y por éste no te voy a dar nada a cambio porque es lo único que realmente deseo con todas mis fuerzas: que me ayudes a superar todos los límites que me impongan. No me refiero a que mágicamente los elimines, te pido (sin afán en convertirte en San Juditas) que me des paciencia y energía para pasar por encima de ellos. No por un gesto de bondad de tu parte o de necedad mía. Si no porque de pronto estoy cansada de luchar contra marea y de demostrar cosas. Y me gustaría por primera vez no jugar con condiciones y simplemente ser, así sin más. 

¡¡Ahhh!! Por poco se me olvida... Acepto sin repelar el anticipo para esos implantes de los que hemos platicado con anterioridad... ¡Ambos sabemos que no me caería nada mal!. Cuestión de balance corporal, que no se confunda con vanidad.


Creo es todo Santa, tienes mi teléfono, sabes dónde vivo y espero te guste el gansito y la leche que te dejamos. Para el próximo año prometo cambiar la leche light por el trago de tu preferencia. Considéralo un hecho. 



Buenas noches, 

Nuria. 


















miércoles, 3 de diciembre de 2014

Sauna.

La constante sensación de estar dentro de un sauna estos días ha sido un martirio. Y que cada que alguien me dice algo que ligeramente no me parece correcto sentir como un chorro de agua helada sobre la espalda.

Hoy descubrí que lo que me molesta del vapor no es precisamente el calor como siempre pensé, o sentir las gotas de sudor recorriendo despacio mi piel o incluso la sensación de humedad que siempre me ha parecido desagradable. Lo que realmente me molesta es la angustia que me genera que mis músculos se relajen demasiado y sentir que no tengo la suficiente fuerza para levantarme. El irme sofocando lentamente y que el vapor me nubla la vista al grado de decir, no puedo más. Para mi es un ejercicio mental demasiado agotador, mismo que hoy descubrí y decidí no participar más. 

Desconozco la razón del porqué últimamente vivo con molestia y angustia. Mi nivel de tolerancia está en menos diez y creo que he discutido con el 80% de las personas que me rodean. ¿Por qué? Aún no término de descubrirlo. Quizá porque ahora detecto con mayor velocidad la afinidad que puedo tener con alguien o no, qué batallas para mi valen la pena el "gasto de saliva" o las que definitivamente dejo pasar sin menor preocupación. 

Se supone que después de la tormenta hay calma, ¿cierto?. Creo que de un tiempo para acá, me estoy dando cuenta que al hacer muchas cosas a mi modo y al comprarme la idea de que éste es mi barco y quien quiera se subirá y quien esté en desacuerdo lo veo en otro mar, comienza a atormentarme. ¿Será culpa? ¿Miedo a que nadie navegue conmigo? ¿A haber fallado?. 

He tomado decisiones en las que he pasado por alto a muchas personas, mismas que hoy me doy cuenta que les hice daño. No una herida de muerte, claro está, si no esas heridas que duran, que difícilmente se olvidan, que los han hecho el día de hoy tener miradas de recelo conmigo. Un día me dijeron que mi problema radicaba en que nadie nunca me decía que no, evidentemente en ese momento solté una gran carcajada porque me pareció un insulto de lo más burdo, incluso pensé: ¿cómo es que eso pueda ser algo que afecte mi percepción del mundo?. Bueno hoy quiero decir que no es que nunca me hayan dicho que no, simplemente no me gusta escucharlo. ¿A quién si? Y claro que me han rechazado, claro que me han dejado llorando en un coche y se han dado la vuelta, claro que me han dejado esperando en un café, claro que me han plantado un millón de veces, me han corrido de trabajos y he escuchado un: no vales la pena. No vas a poder. Me he quedado esperando un mensaje, una llamada. Para pronto hasta: vete a la verga, me han dicho. Al final no es eso lo que me molesta, es la vulnerabilidad que genera sentirte sin la capacidad de poderte levantar. Sentirte roto. Sin fuerza. ¿Se me está terminando la batería que traía hace seis meses que me juraba intocable? ¿Ya me cansé?.

No es tarea fácil encontrar paz cuando te gotea el sudor, estás a 40 grados, te falta aire y la vista está completamente nublada. No lo es.

Quizá sólo necesito un poco más de paciencia para poder incrementar mi capacidad pulmonar, jalar aire muy fuerte, contraer cada músculo que tengo y finalmente tener fuerza para salir del sauna. Es todo. 

Have a nice life, me acaban de desear, y no me mal interpreten, es lo único que deseo, pero... ¿cómo?.

Buenas tardes,
Nuria. 


lunes, 17 de noviembre de 2014

¿Desde cuándo?

¿Desde cuándo desayuno avena con leche light porque hoy es lunes y entre semana no debo desayunar gordo? ¿Desde cuándo consumo proteína en polvo para balancear mi alimentación porque no hago la cantidad correcta de comidas al día? ¿Desde cuándo tomo glucosamina para mis articulaciones porque es probable que terminen en desgaste mayor de lo que deberían? ¿Desde cuándo uso exfoliantes todos los días y jabón especial para rostro? ¿Desde cuándo mi cabello recibe tratamientos para tener brillo y DETENER mi caída extrema? ¿Desde cuándo limpio mi cara con leche de arroz para humectarla? ¿Desde cuándo el sol me provoca quemaduras de segundo grado y deja mi piel con manchas y pecas? ¿Desde cuándo no ir al gimnasio me provoca culpa? ¿Desde cuándo una noche de fiesta me tumba dos días en cama? ¿Desde cuándo empecé a encariñarme con mis ojeras? ¿Desde cuándo los tacos me hacen daño porque tienen mucha grasa? ¿Desde cuándo prefiero estar en mi casa viendo un partido de americano tranquilamente o ir al cine cuando puedo ir por una cerveza? ¿Desde cuándo me perturba el atuendo de las niñas en el Corona Capital? ¿Desde cuándo la ginebra me provoca agruras? ¿¿¿Desde cuándo me dan agruras???... ¿Soy la única la que está pasando por estas situaciones?

¿Serán signos de la edad? Evidentemente nada de lo que me he cuestionado anteriormente son acciones malas, al contrario, todo va enfocado a sentirme mejor, a verme mejor, a no hacer tantas pendejadas como las hacía cuando salia. No sé. La verdad es que nunca me he visto como una persona mayor, porque normalmente estoy rodeada de gente más grande que yo. Suelo ser la "chiquita", además de que por mi personalidad, la gente tiende a cuidarme. Me gusta pensar que porque me quieren muchísimo y no precisamente porque encuentran fallas en mi sistema de vida, pero no ahondaré en el tema. Entonces si no soy mayor, ni me siento mayor ¿WTF conmigo?.

Les mando un poco de ayuda visual, en este momento estoy sentada en mi cama, con la cama evidentemente tendida ya, porque desperté a las 8:45 en lunes de puente, preocupada porque no fui a mi entrenamiento de hoy, con una mascarilla de avena que comienza a secarse y a jalar mi piel (lo cual me deja máximo 15 minutos más de tiempo para terminar de quemarme públicamente), pensando si debería poner o no pepinos en mis ojos para las terribles ojeras que JAMÁS desaparecen ya...

No es que todo este embrollo de la madurez me esté causando conflicto, he repetido en diversas ocasiones que ahora me caigo mejor, que me gusta más la persona que soy hoy, que me siento cómoda con mi piel actual aunque al sol le guste dejarme marcas, aunque las ligas del entrenamiento me saquen moretones en los brazos y la cuerda me deje de recuerdo los latigazos. Simplemente me sorprende que ahora hago cosas que jamás pensé iba a hacer. La realidad es que si no soy tan ruda como a veces creería, tampoco jamás me imaginé siendo señora de mascarillas, de pronto ni señora me imaginé. Pero heme aquí, divorciada y con una muñeca hermosa que le gusta llamarme "mamá", viviendo "sola" desde hace casi 5 años y tratando de encaminarme al bien comiendo mejor y cuidándome más, aunque las probabilidades dijeran lo contrario.

Es más, ahora que lo pienso, mis amigas y yo jamás fuimos de pijamadas con barnices y mascarillas y hablar de quién nos gustaba como en película gringa, nosotras bailábamos: cadera, cadera, pelazo en círculo (baile que jamás logré muy a  pesar de los millones de intentos de Mema) o a dominar la quebradita con cargadas, situación que también terminaba en muchos golpes frente a los ventanales de casa de los papás de Mansi; nos poníamos guantes y boxeábamos hasta que alguna conseguía parar a las otras dos porque ninguna es precisamente de mecha larga; o de plano nos subíamos a "asolear" a su azotea esperando que no hubiera albañiles que nos alcanzaran a ver. Dominamos el arte de los shots, mismos que ahora no puedo ver ni en pintura o me provocan un ardor extremo que me impide llegar directo a dormir y me obligan a tomar dos alka seltzer para no tener que dormir sentada... Me pregunto de qué hablaríamos si tuviéramos una sesión de mascarillas a nuestros ahora  casi 30 años. O a nuestros 50, u 80.

Así que ¿desde cuándo? no lo sé, pero esta es la nueva yo y me sigo descubriendo y sorprendiendo, y como esto es terapia para mi, creí importante compartir esta nueva faceta.

Comienzo a divagar así que me voy. Y como me dijeron hoy: trust me, as you get to know me... I just get weirder. 

Buena tarde, 
Nuria.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Contención.

¿Qué pasaría si pudiera escribir con absoluta libertad? ¿Si pudiera escribir de cualquier persona y cualquier tema sin temor a ninguna repercusión? ¿De verdad tendré algún día el valor para hacerlo sin que me importe qué sucederá al final?

Cuando comencé el blog, la verdad es que no me importaba mucho qué tanto iba a ser bien recibido o no, si la forma en la que de cierto modo sacaba mi frustración afectaría a alguien o no. Todos los problemas en los que me metí por escribir creo que me llevaron al punto de contenerme un poco en la forma en la que ahora lo hago. Simplemente quería escribir y lo hice.

Así como también hice la promesa de desnudar mi persona y la verdad es que no me había dado cuenta de lo complicado que es llegar al punto en el que al hablar de mi, también es necesario hablar de mi entorno, de quién me rodea y la forma en la que me desenvuelvo con ellos. He pasado mucho tiempo cuidando las formas, escogiendo las palabras adecuadas, midiendo los pasos para no lastimar ni incomodar a nadie que creo que en ese proceso perdí hilo de lo que en realidad quiero transmitir. No sé, ¿de verdad la libertad consiste en ignorar las consecuencias de lo que uno puede llegar a expresar? ¿Pierdo autenticidad al no decir por completo lo que pasa por mi cabeza?

¡Que complicado! La verdad es que he aprendido que las relaciones humanas son un tema para discutirse en privado. No me refiero a las relaciones ajenas, y poder criticar como si uno tuviera cabida en los zapatos del otro. Me refiero a las que uno tiene incidencia, no deberían ser un tema a discusión para el resto de la humanidad, creo que uno tiene total y completo derecho de hacer de su culo un papalote, pero ahí viene de nuevo la disyuntiva. Puedo hacer lo que mejor me plazca con mi tiempo, mi espacio, mi corazón, mi cuerpo... pero hablar de ello expone a la otra persona. Entonces, ¿se puede o no se puede?

Si fuera completamente honesta conmigo, me diría probablemente que tiene razón el niño Valencia cuando me dijo que estoy enferma de la garganta porque hay algo que no he dicho. Apelando a mi abuela interna creo que tiene razón, que sí existen millones de cosas que me he guardado sólo por el hecho de no herir susceptibilidades de nadie y no precisamente por el hecho de yo ubicarme en el puesto de beata del año, si no sólo por llevar la fiesta en paz. Al final creo que soy una persona bastante autentica, quien me conoce sabe que no soy alguien que se esfuerce demasiado por caer bien o busque las palabras adecuadas para pertenecer. Después de todo cuando tratas de más, termina cediendo esa parte que está reprimida y un día decide exponerse de las formas más terribles que yo he visto.

Podría dar vueltas todo el día a esta pregunta que honestamente me ha torturado bastante estos días de pérdida de razón. Pero la única conclusión a la que he llegado es que no se trata de decir o no por completo y sin tapujos lo que quisiera. Ser irreverente no te da derecho a lastimar o incomodar a nadie, sea querido o no. La libertad para mi va más allá mis opiniones, de mi forma de concebir el mundo y quienes lo habitan. Aseverar un "estás bien" o "estás mal" es un juicio que sólo me concierne a mi. Exhibir a las personas a las que están cerca de mi no me empodera más, quizá mi blog tendría éxito, pero me traicionaría a mi y lo que toda a vida he peleado y defendido para mi vida: que nadie se meta en mis asuntos. 

Así pues, no es falta de valor que este blog no sea un chismógrafo y no sea tan crudo como podría ser, es simplemente que así soy. Si alguna vez me notan contenida, no hay qué dar vueltas. Así soy. Y no hay nada ni nadie que consiguiera hacerme actuar de forma distinta. Esa necedad que me caracteriza, me obliga a ser yo y preferir pasar otro día recluida en mi casa por enfermedad que tener mucho material para escribir. Así que de cierto modo sí me estoy desnudando ante ustedes, todos los matices por los que he pasado al escribir me definen. Ésta también soy yo.

Buenas noches, 
Nuria

martes, 4 de noviembre de 2014

"Pero mamá yo no quiero crecer..."

Pues resulta que estoy enferma. Tengo una enfermedad muy sensual de garganta que hace que cada que trague saliva me acuerde de todos mis pecados y me arrepienta poco a poco de ellos. Enfermedad en la que además, no puedo convivir con Emilia y de preferencia de lejos con el resto del mundo. Por lo que heme recluida en mi casa por lo menos dos días de reposo y 7 sin ejercicio y de besar a alguien no hablamos. 

Lo cual me lleva a dos puntos importantes. 1: Uno no debería ir al médico sin su mamá, porque la realidad es que no importa cuántos años tenga, siempre me va a hacer falta mi mamá para que la inyección súper ardiente magicamente baje su intensidad de dolor y con un: "estás bien bebé?" todo desaparezca. (Sí, a mis 28 años mi mamá me dice bebé y me manda aguacates y mixiotes los domingos después de verla y qué?).

Y el siguiente punto es: que joda es crecer. Es un hecho que tiene sus deliciosas y maravillosas ventajas ser un adulto, verte realizando cosas, alcanzando metas, pero qué pasa con la otra parte que la ves hasta que ya tienes el muslo atascado de lodo y ya no hay vuelta atrás? 

Alguna vez tuve un novio que tenía síndrome de Peter Pan, cada que iba a cumplir años colapsaba. Se negaba a crecer y a salirse de casa de sus papás, no quería jamás tener que ir a trabajar. A mi me causaba shock porque yo moría de ganas de hacer todas esas cosas que me parecían lo mas libre del mundo. Inocente paloma, jamás consideré que volverme adulto también representaba una cantidad ridícula de responsabilidades que sólo logran que el sueño sea más ligero.

Por ejemplo, recuerdo mucho que cuando me salí de casa de mis papás, el papá de Emilia y yo nos quejabamos mucho de porqué los duendes que hacían todo en casa de nuestros papás, dónde está de más decir que evidentemente nosotros no movíamos un solo dedo, no nos habían seguido hasta nuestro nuevo recinto. Dígase lavar ropa, planchar camisas (aunque confieso eso fue intento de no más de una ocasión), ir al super, tender camas, recoger la toalla de cuando te metes a bañar, etc, etc; todas esas cosas que cuando vives con tus papás das por hecho que suceden. O que de forma inexplicable siempre siempre hay fruta o jamón, o queso. Y qué pasa? te vas a vivir sólo y se acaba el jamón, la toalla puede vivir años donde la dejaste, los calcetines desaparecen, la basura se tiene que sacar, los uniformes de la niña deben estar limpios, los pasadores no regresan al cajón de los cepillos... En fin una serie de cosas que el día de hoy me tienen en completo odio a mi edad.

Por qué estoy en modo hater hoy? porque ayer leí un post en facebook que me hizo reir mucho, sobre hacer "que- hacer" escuchando a Selena. Y he de confesar que yo recojo cantando y bailando y "bidi bidi bom bom" es un rolón del chaching, si al final del día no hay otra opción y se tiene que limpiar, no hay otro camino que no sea con ritmo; y aunque gracias a dios hay alguien que me ayuda a hacer tareas pesadas, la cama no se tiende sola, el acomodo del super que aborrezco hacer tampoco magicamente sucede, el papel de baño no se coloca por si solo en el tubo, los zapatos no vuelven a su closet, etc. Y de pronto me di cuenta que las desventajas de crecer son nefastas. Sí, puedo llegar a la hora que quiera a mi casa, incluso no hacerlo si se me antoja; sí, puedo no tener nada en el refri más que noche buenas y huevo; sí, puedo gastarme todo mi dinero en unos zapatos y una bolsa; sí, tengo mucha libertad; sí, puedo ir por la vida en ropa interior aunque me vean los vecinos si me da la gana; sí, puedo comprar la marca que yo quiera de jamón; sí, puedo tener pingüinos y gansitos congelados en mi refri. Sí puedo, pero también odio llegar a mi casa y no tener con quien quejarme del frío, odio comer o cenar sola, odio estar enferma y que mi mamá no me traiga un té que cura todo y me haga un pan tostado con philadelphia y mermelada que hasta la fecha juro que tiene poderes curativos, odio ir al super y tener que acomodar todo en su lugar, odio que la cama no esté hecha porque no me da tiempo en la mañana, odio tener que usar calcetines de diferentes colores y que se sorprenda Esteban cuando llegan a ser el par correcto, odio bajar la basura, odio que parece que siempre hay algo que limpiar y sobre todas las cosas odio que mi ropa jamás ha olido ni olerá a suavitel como olía cuando mi mamá me la lavaba.

En fin odio esta maldita mononucleosis y el hecho de tener que haber ido a ver a mi tío sola y después ir al super y por medicinas y arroparme escuchando a Luis Miguel, y aunque parezca que me estoy tirando al piso por drama, no lo hago. Sólo comparto mis nulas ganas de ser un adulto el día de hoy, y ya que las medicinas carísimas ni los pensamientos felices me han hecho volar, trataré de ir a mi lugar feliz. 

Buenas e infecciosas noches.
Nuria