martes, 19 de agosto de 2014

Nurinha do Nacimiento. Parte I.

Les tengo un tip por si algún día llegan a caminar por las calles de Río de Janeiro y traen vestido y/o falda: ¡¡NO PASEN POR LAS COLADERAS!! ¡¡Que bruto!! Nadie me dijo que avientan aire y yo casual flashée a medio Ipanema. Gracias a dios estaba en modo turista y traía traje de baño de calzonzinho, aunque eso evidentemente no quita la vergüenza de sonreirles roja cual manzana red delicious recién pulida a quienes estaban a mi alrededor.

Evidentemente estoy en Brasil, gracias a mi hermana y mis papás que son una chulada y me patrocinaron cual adolescente soy, tengo la fortuna de evitarme la forrada de libros que el papá de Emilia está sufriendo y estoy en Río buscando a Blue (chiste de papás, lo siento). 

Así pues mi travesía de hoy comenzó con la peor actitud del mundo, el clima no ayudó en nada en mis ganas de levantarme y honestamente jamás me había imaginado sola de vacaciones sin absolutamente nadie con quien reír de las estupideces que se me ocurren, porque obvio vivo sin internet por la calle. De alguna forma con ayuda de mis amigos, a distancia, salí a explorar Brasil, me bañé, y al ritmo de Lupita D'Alessio y (...) no preguntes con quien me desato las ganas suspiro a suspiro, tu no tienes derecho a pedirme un motivo (...) me dirigí a la playa de Leblon. 

Una vez instalada y con arena en zonas donde no debería tener, comencé a leer "Pedro y el Capitán" de Mario Bendetti, (gracias Ale) situación que disfruté en demasía al ser un gran libro... hasta el ensayo de: cómo se habla a solas y el anhelo de tocar la mano de Aurora ... alias Beatriz... de Pedro. Es irreal la forma en la que me hacen llorar los libros, de verdad, tocan fibras en mi que normalmente creo tener controladas. De algún modo logré percibir que tenía audiencia y un adolescente carioca me juzgaba por llorar. Instante siguiente me levanté y caminé y caminé y caminé hasta llegar a Copacabana.

Tengo que reconocer que no hablar el idioma ha sido una barrera importante en este viaje, la idea del diccionario que me propusieron, ahora no me parece tan exagerada (estoy reconociendo públicamente que tienes razón, ¡Feliz Navidad!); cualquiera pensaría que la similitud de vocabulario sería un facilitador en la comunicación. No lo es, los amables brasileños hablan a una velocidad impresionante y su forma de pronunciar es imposible de entender. Bueno de alguna forma he conseguido lo básico indispensable, llámese: cerveza, comida y direcciones. Y así he logrado regresar todas las noches a mi pequeño recinto brasileño.

Y de pronto sin darme cuenta había recorrido lo que a mi me parecieron cinco maratones en una tarde, confieso que no la pasé nada mal pese a mi terrible actitud matutina, y la verdad es que cómo hacerlo cuando estas en un país donde la mayoría de las personas, hombres y mujeres son cual visiones. No exagero, son personas de verdad hermosas y los brasileños una cosa coqueta sin piedad. "Bella meshicana" "Linda menina" fueron algunas de las cosas que hoy me levantaron el autoestima, que no voy a mentir se reduce algo al ver a las muñecas de dos metros en tangas surfeando en la playa de Copacabana, pero mejor nos concentramos en el hecho de qué algún día conseguiremos ese cuerpo de Cameron Díaz en Charlie´s Angels.

Una tapioca deliciosa con coco y lechera y un suco de guava después aquí estoy aun sin tanga brasileña, sin entablar una "amisad" porque tristemente me dieron un teléfono falso como cuando iba en preparatoria y no quería dar mi teléfono real jajaja me la regresaron años después (karma is a bitch) y sin atreverme a tomar una cerveza sola por la noche en algún bar. Me quedan dos días para lograrlo. Tenganme fe, seguro lo consigo.

Es todo por el momento, stay tuned. Estoy segura que Brasil aun me tiene mas osos por compartir en modo #soysola.

Boa noite.
Nuria.

1 comentario:

  1. Bueno, dos habilidades no pierdes el amor por la lectura y el sarcasmo en tus bromas, jajaja, disfruta mi linda meshicana

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