martes, 4 de noviembre de 2014

"Pero mamá yo no quiero crecer..."

Pues resulta que estoy enferma. Tengo una enfermedad muy sensual de garganta que hace que cada que trague saliva me acuerde de todos mis pecados y me arrepienta poco a poco de ellos. Enfermedad en la que además, no puedo convivir con Emilia y de preferencia de lejos con el resto del mundo. Por lo que heme recluida en mi casa por lo menos dos días de reposo y 7 sin ejercicio y de besar a alguien no hablamos. 

Lo cual me lleva a dos puntos importantes. 1: Uno no debería ir al médico sin su mamá, porque la realidad es que no importa cuántos años tenga, siempre me va a hacer falta mi mamá para que la inyección súper ardiente magicamente baje su intensidad de dolor y con un: "estás bien bebé?" todo desaparezca. (Sí, a mis 28 años mi mamá me dice bebé y me manda aguacates y mixiotes los domingos después de verla y qué?).

Y el siguiente punto es: que joda es crecer. Es un hecho que tiene sus deliciosas y maravillosas ventajas ser un adulto, verte realizando cosas, alcanzando metas, pero qué pasa con la otra parte que la ves hasta que ya tienes el muslo atascado de lodo y ya no hay vuelta atrás? 

Alguna vez tuve un novio que tenía síndrome de Peter Pan, cada que iba a cumplir años colapsaba. Se negaba a crecer y a salirse de casa de sus papás, no quería jamás tener que ir a trabajar. A mi me causaba shock porque yo moría de ganas de hacer todas esas cosas que me parecían lo mas libre del mundo. Inocente paloma, jamás consideré que volverme adulto también representaba una cantidad ridícula de responsabilidades que sólo logran que el sueño sea más ligero.

Por ejemplo, recuerdo mucho que cuando me salí de casa de mis papás, el papá de Emilia y yo nos quejabamos mucho de porqué los duendes que hacían todo en casa de nuestros papás, dónde está de más decir que evidentemente nosotros no movíamos un solo dedo, no nos habían seguido hasta nuestro nuevo recinto. Dígase lavar ropa, planchar camisas (aunque confieso eso fue intento de no más de una ocasión), ir al super, tender camas, recoger la toalla de cuando te metes a bañar, etc, etc; todas esas cosas que cuando vives con tus papás das por hecho que suceden. O que de forma inexplicable siempre siempre hay fruta o jamón, o queso. Y qué pasa? te vas a vivir sólo y se acaba el jamón, la toalla puede vivir años donde la dejaste, los calcetines desaparecen, la basura se tiene que sacar, los uniformes de la niña deben estar limpios, los pasadores no regresan al cajón de los cepillos... En fin una serie de cosas que el día de hoy me tienen en completo odio a mi edad.

Por qué estoy en modo hater hoy? porque ayer leí un post en facebook que me hizo reir mucho, sobre hacer "que- hacer" escuchando a Selena. Y he de confesar que yo recojo cantando y bailando y "bidi bidi bom bom" es un rolón del chaching, si al final del día no hay otra opción y se tiene que limpiar, no hay otro camino que no sea con ritmo; y aunque gracias a dios hay alguien que me ayuda a hacer tareas pesadas, la cama no se tiende sola, el acomodo del super que aborrezco hacer tampoco magicamente sucede, el papel de baño no se coloca por si solo en el tubo, los zapatos no vuelven a su closet, etc. Y de pronto me di cuenta que las desventajas de crecer son nefastas. Sí, puedo llegar a la hora que quiera a mi casa, incluso no hacerlo si se me antoja; sí, puedo no tener nada en el refri más que noche buenas y huevo; sí, puedo gastarme todo mi dinero en unos zapatos y una bolsa; sí, tengo mucha libertad; sí, puedo ir por la vida en ropa interior aunque me vean los vecinos si me da la gana; sí, puedo comprar la marca que yo quiera de jamón; sí, puedo tener pingüinos y gansitos congelados en mi refri. Sí puedo, pero también odio llegar a mi casa y no tener con quien quejarme del frío, odio comer o cenar sola, odio estar enferma y que mi mamá no me traiga un té que cura todo y me haga un pan tostado con philadelphia y mermelada que hasta la fecha juro que tiene poderes curativos, odio ir al super y tener que acomodar todo en su lugar, odio que la cama no esté hecha porque no me da tiempo en la mañana, odio tener que usar calcetines de diferentes colores y que se sorprenda Esteban cuando llegan a ser el par correcto, odio bajar la basura, odio que parece que siempre hay algo que limpiar y sobre todas las cosas odio que mi ropa jamás ha olido ni olerá a suavitel como olía cuando mi mamá me la lavaba.

En fin odio esta maldita mononucleosis y el hecho de tener que haber ido a ver a mi tío sola y después ir al super y por medicinas y arroparme escuchando a Luis Miguel, y aunque parezca que me estoy tirando al piso por drama, no lo hago. Sólo comparto mis nulas ganas de ser un adulto el día de hoy, y ya que las medicinas carísimas ni los pensamientos felices me han hecho volar, trataré de ir a mi lugar feliz. 

Buenas e infecciosas noches.
Nuria




1 comentario:

  1. Abuela a Emilia:
    Emilia es una pijama o una blusa ?
    Emilia a Abuela:
    Es ropa Abuela !!!

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